jueves, 12 de diciembre de 2013

Poesía de verano

Tumbado sobre la arena,
con sueños hechos de olas,
el niño duerme la siesta
que cantan las caracolas.

Los rayos de sol calientan,
la piel del niño dormido.
Las gaviotas cantaban,
un alegre sonido.

El niño se despierta
y alegremente mira el mar.
Y con su mirada abierta,
mira una ola espectacular.

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