viernes, 1 de mayo de 2015

Continuación de la historia:Las aventuras del rey Arturo.

Sin pensárselo dos veces, se dirigió hacia el torneo para dársela lo antes posible a su hermanastro. Cuando llegó, Kay estaba angustiado porque estaba a punto de competir. Arturo al verlo, salió corriendo hacia él  y sin pensárselo dos veces, se la dio.
La espada le daba a cualquier persona que la cogiese un fuerza especial, en este caso a Kay. Por esto le ganó a todos los participantes.

Al acabar el torneo kay, fue a cambiarse de ropa y Arturo le acompañó, y fue en ese momento cuando aprovechó para contarle que, la espada que le había dejado no era la suya, sino la famosa espada del cementerio, la que todo el mundo había intentado sacar del trozo de mármol. Como no se lo creyó, lo primero que hizo fue mirar si estaba la inscripción, y así fue, hay estaba.
Kay, sin palabras, agarró de la mano a Arturo y  salió corriendo hacia el ayuntamiento. Cuando llegaron estaba cerrado, pero después de estar casi dos horas llamando al timbre, salieron.
El alcalde y casi todos los habitantes no se lo creyeron, así que fueron a ver si era la verdadera espada o no.
Se dieron cuenta que era el rey de toda inglaterra. Así que al día siguiente, convocaron una fiesta, para darle la feliz noticia a los habitantes que no estaban ayerLa primera ley que puso Arturo, fue que el los combates, en vez de luchar a vida o muerte, que era como lo hacían hasta ahora, era que cuando uno de los dos estuviera herido, proclamaban vencedor al contrario así y conseguirían??.
Todo el pueblo estaba de acuerdo con esta ley.

A mi me a gustado bastante, la verdad es que nunca había leído hasta ahora, la verdad es que nunca había escuchado esta historia, pero está bastante bien.

1 comentario:

  1. Muy bien redactado Raquel, de ortografía tambien muy bien, si no fuera por algunos nombre propios que se te han colado con minúscula.
    En la puntuación también has avanzado mucho, pero tienes algunas comas de más: no se separa el sujeto del verbo si no hay una explicación.
    "Ayer" hay que cambiarlo en el estilo indirecto.
    Son pistas para que te cueste menos corregir.

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