Hace no mucho tiempo, unos amigos y yo hicimos una excursión a Madrid, pasamos unos días allí, cuando el día que nos íbamos a volver a Baeza pasó algo que nadie se creería.
Nos levantamos temprano, hicimos las maletas y bajamos al restaurante del hotel a desayunar. Una vez allí nos sirvieron el desayuno, todo iba bien hasta que un hombre entró en el recinto, era alto, muy pero que muy alto. Llevaba un traje de oficina, y apenas se le distinguía el rostro.
Lo primero que dijo al venir fue: "¿QUIÉN QUIERE SEGUIR CON VIDA?" Naturalmente todos nos asustamos, aunque hubo un valiente que dijo, "Yo".
Fue entonces cuando el misterioso hombre sacó de sus pantalones una bomba atómica y dos metralletas. Mis amigos y yo nos levantamos sigilosamente de nuestra silla, cogimos el martillo de seguridad y tiramos la puerta de emergencia abajo.
A continuación corrimos lo más rápido que pudimos, (yo diría que más rápido que Usain Bolt) y huimos. Cogimos los teléfonos y llamamos a la policía, pero no había cobertura.
Después cogimos un autobús con destino a Baeza. Tardamos unas tres horas en llegar, pero valió la pena, puesto que ya no tuvimos que preocuparnos de ese hombre. Y que conste que no se lo contamos a nadie por miedo.
Muy bien escrito Alberto, tienes algunas comas de más y algún problemilla con el estilo indirecto (comillas, dos puntos).
ResponderEliminarPero vamos es por refinar porque está estupendo.
Ya lo he corregido.
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