- Ni se te ocurra.- le respondió el hombre del Mercadona que iba a abrirlo.- La abriré yo con mi llave.
Entonces sacó una llave enana y abrió la puerta, compró el pan y se fue.
También necesitaba ropa nueva y limpia porque, por el camino, se cayó en un charco de barro. Entonces, fue a ZARA para comprar ropa, pero había muchísima gente y se acordó de que le tenía que entregar la espada a Kay y se fue de la tienda.
Llegó al estadio y le tocaba luchar a Kay.
- Justo a tiempo.- dijo Arturo.
Le entregó la espada a Kay y empezó ese espectáculo en el campo. Luchaba contra... ¡Un troll gigante!
Kay golpeó primero al troll en la cabeza, pero luego el troll lo cogió del cuello y lo tiró al suelo. Kay se levantó rápidamente y le dio un cabezazo en sus partes nobles. ( ya sabéis cuáles son.)
El troll empezó a llorar pero, de repente, paró y estampó a Kay contra el suelo y le quitó la espada. Arturo exclamó:
- ¡Nooooooooooooo!
Pero daba la casualidad que el dueño del Mercadona le dio una katana nadie sabe por qué y desde las gradas saltó hacia el troll, pero cayó mal.
El troll hincó la espada en el corazón, pero Arturo desde el suelo le lanzó la katana a la nuca y lo mató.
Kay estuvo diez años, cuatro meses y seis días en el centro de salud y, al final, se recuperó.
Seño, en mayo publicaré dos libros, porque en abril he publicado dos entradas normales.
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ResponderEliminarComo siempre, está muy bien redactado y es muy imaginativo. También hay muertes, como siempre. ;)
EliminarDe acuerdo, con lo de las entradas de mayo.